Una reciente medición electoral muestra un escenario altamente competitivo en la carrera al Senado por la Región de Valparaíso. Camila Flores (RN), Andrés Longton (RN) y Arturo Squella (Republicano) aparecen en empate técnico, mientras María José Hoffmann (UDI) se mantiene en zona competitiva, pero fuera del grupo con mayor probabilidad de elección. El estudio también revela un panorama fragmentado con figuras del Frente Amplio, el Partido Socialista y el PPD disputando espacios clave en la izquierda.
La contienda por el Senado en la Región de Valparaíso se perfila como una de las más estrechas del país. De acuerdo con una reciente encuesta aplicada entre el 22 y 27 de octubre, los candidatos Camila Flores (Renovación Nacional), Andrés Longton (RN) y Arturo Squella (Partido Republicano) lideran la intención de voto en un virtual empate técnico, con índices de elegibilidad en torno al 9%.
En el mismo sondeo, María José “Pepa” Hoffmann (UDI) se ubica en zona competitiva, pero por debajo del umbral de los más probables electos, con cerca de 6% de apoyo. Aunque mantiene visibilidad en el electorado de derecha, su posicionamiento no le garantizaría un escaño en el escenario actual.
Por el lado progresista, destacan Diego Ibáñez (Frente Amplio) y Karol Cariola (Partido Comunista), quienes registran entre 8% y 6%, consolidándose como los principales nombres de la izquierda con opciones reales de ingresar al Senado. Les siguen José Miguel Insulza (PS) y Carolina Marzán (PPD), ambos con niveles de apoyo menores pero con presencia reconocible en segmentos urbanos de la región.
Más atrás aparecen María Paz Santelices (UDI), Alberto Soto (Republicano) y Julio Martínez (Partido Nacional Libertario), todos con cifras por debajo del 4%, lo que los deja en una posición de baja competitividad en la recta final.
El estudio, que consideró más de 900 casos en la región, advierte un alto nivel de incertidumbre por la baja tasa de respuesta (5,2%) y el efecto del voto obligatorio, factores que podrían alterar el resultado en los días previos a la elección. La proporción de votantes indecisos sigue siendo relevante y podría inclinar la balanza en un escenario de diferencias mínimas.
Proyección política
Si la tendencia se mantiene, la Región de Valparaíso podría transformarse en un punto de equilibrio entre la derecha tradicional y la nueva derecha republicana. La competencia entre Flores, Longton y Squella no solo refleja la fragmentación del bloque oficialista, sino también una disputa generacional dentro de la derecha chilena: liderazgo mediático versus estructura partidaria.
En el eje progresista, el desempeño de Ibáñez y Cariola podría asegurar al Frente Amplio y al Partido Comunista una representación estable, mientras el socialismo y el PPD arriesgan perder terreno en una región donde históricamente tuvieron influencia.
De concretarse un resultado con tres senadores de derecha y dos de izquierda, Valparaíso se consolidaría como un territorio bisagra para la composición del próximo Senado, clave para las negociaciones legislativas de 2026. En otras palabras, la región podría volver a definir el equilibrio político nacional, como ya ocurrió en 2017 y 2021.